¿Tienes sueño y estás cansado? Si es así, será mejor que te eches una siesta o esperes al día siguiente para conducir tu coche. De lo contrario, podrías estar poniendo en peligro tu vida y la de los demás.
En 2021, los accidentes por somnolencia al volante causaron 684 muertes sólo en Estados Unidos, según la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA). Estos accidentes suelen producirse a última hora de la tarde o entre medianoche y las 6 de la mañana, cuando nuestro estado de alerta es más bajo.
La somnolencia es más común entre los trabajadores por turnos, los camioneros y las personas que toman ciertos medicamentos, pero nadie es inmune a ella. Una sola noche de mal sueño puede afectar a tu capacidad de concentración en la carretera y aumentar el riesgo de accidente.
¿Qué es conducir con somnolencia?
Conducir con somnolencia significa conducir un vehículo de motor sintiéndose muy cansado o somnoliento. Es como intentar leer un libro o estudiar para un examen a altas horas de la noche. Quieres mantener la concentración, pero los ojos te pesan cada vez más. En algún momento, te das cuenta de que te has quedado dormido durante unos segundos.
Ahora imagina que esto ocurre mientras estás al volante. Las consecuencias podrían ser fatales. Un solo segundo de falta de atención puede provocar un grave accidente que te perseguirá para siempre (¡si es que sales vivo!).
La somnolencia afecta al tiempo de reacción, la concentración mental, la vigilancia y la función cognitiva, advierte la NHTSA. Estos factores son cruciales para una conducción segura.
Por ejemplo, puedes perderte a un ciclista en la carretera o no ver una señal de stop mientras conduces en estado de somnolencia. También existe el riesgo de quedarse dormido durante unos segundos, un fenómeno denominado microsueño.
¿Quién corre el riesgo de conducir con somnolencia?
Cualquiera puede experimentar somnolencia mientras conduce, pero algunas personas corren un riesgo mayor.
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Veamos algunos ejemplos:
- Jóvenes, especialmente hombres menores de 30 años
- Trabajadores por turnos, incluidos enfermeros e internos de hospital
- Personas que trabajan en horarios irregulares
- Personas con trastornos del sueño no tratados, como narcolepsia o síndrome de piernas inquietas.
- Personas con cardiopatías crónicas, demencia, epilepsia o Parkinson.
- Conductores comerciales de camiones u otros vehículos grandes
- Personas privadas de sueño
- Personas que han bebido alcohol
- Conductores que toman determinados medicamentos (por ejemplo, somníferos, relajantes musculares o algunos antidepresivos).
Por ejemplo, los camioneros suelen trabajar al menos 12 horas al día, o hasta 70 horas a la semana. Como resultado, acumulan deuda de sueño y pueden experimentar fatiga. Estos factores contribuyen a la somnolencia, que puede provocar accidentes.
Los conductores menores de 30 años también corren peligro. Según un estudio anterior citado por la NHTSA, este grupo representa dos tercios de los accidentes por conducción somnolienta.
Una posible explicación es que los jóvenes, especialmente los adolescentes, experimentan cambios en su desarrollo que aumentan su necesidad de sueño.
Además, a menudo hacen malabarismos con múltiples trabajos, tareas escolares y actividades sociales, y tienen poco tiempo para descansar. Otros factores, como el consumo de alcohol o drogas, pueden afectar aún más a su estado de alerta y concentración mental.
Hablando de alcohol, es mejor evitar beber la noche antes de conducir. El consumo de alcohol puede interferir en tu sueño, dejándote somnoliento. También puedes tener resaca, lo que puede afectar aún más a tu tiempo de reacción, vigilancia y concentración.
¿Qué medicamentos le producen sueño?
Admitámoslo: muchos de nosotros tomamos analgésicos, antihistamínicos u otros medicamentos y luego conducimos nuestros coches. El problema es que estos medicamentos pueden provocar somnolencia, fatiga y sedación.
Por ejemplo, los antihistamínicos de primera generación pueden aumentar la somnolencia diurna. Entre ellos se encuentran la clorfeniramina, la doxilamina, la bromfeniramina y otros.
Los antihistamínicos de segunda generación parecen ser más seguros en este sentido, pero se necesitan más investigaciones para confirmarlo. Estos fármacos pueden seguir provocando somnolencia, dependiendo de su composición. Por ejemplo, la cetirizina es más sedante que la levocetirizina.
Aunque no todo el mundo experimenta estos efectos secundarios, es mejor prevenir que curar. Así que, si empiezas a tomar un nuevo medicamento, espera unos días para ver cómo reacciona tu cuerpo y, en función de eso, decide si es seguro o no conducir.
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Según la Facultad de Medicina de Harvard, los siguientes medicamentos son los más propensos a causar somnolencia:
- Antihipertensivos: Esta categoría incluye los antagonistas del calcio, los bloqueantes adrenérgicos, los vasodilatadores directos y otros medicamentos para la hipertensión;
- Estatinas: Atorvastatina (Lipitor) y otros fármacos utilizados para tratar el colesterol alto;
- Benzodiacepinas: Alprazolam (Xanax), diazepam (Valium) y otros fármacos prescritos para las convulsiones y los trastornos de ansiedad;
- Somníferos: Tanto los somníferos de venta con receta como los de venta libre pueden provocar somnolencia, y el 10% de las personas pueden experimentar una sensación parecida a la resaca al día siguiente de tomar somníferos;
- Antidepresivos: La mayoría de los medicamentos de esta categoría tienen un efecto sedante y pueden empeorar la fatiga;
- Antipsicóticos: Afectan a la actividad del sistema nervioso central (SNC) y a los niveles de dopamina, provocando somnolencia;
- Antibióticos: La ceftriaxona y otros antibióticos pueden causar somnolencia, confusión y fatiga en algunas personas.
Otros culpables habituales son los antiácidos, los analgésicos con receta, los somníferos, los relajantes musculares y los antieméticos.
Tenga en cuenta que algunos suplementos dietéticos también pueden provocar somnolencia. Dos ejemplos son la Paullinia cupana, o guaraná, y el Eleuthero, o ginseng siberiano.
Irónicamente, el guaraná es un ingrediente habitual en las bebidas energéticas, mientras que se supone que el ginseng siberiano aumenta los niveles de energía. Pero, de nuevo, sus efectos secundarios pueden variar de una persona a otra.
Señales de advertencia de somnolencia
Este estado psicológico se caracteriza por unas fuertes ganas de dormir, pero también puede experimentar otros problemas. Por ejemplo, puedes parpadear o bostezar más de lo habitual.
Otras señales de advertencia de conducción somnolienta pueden ser:
- Falta de concentración mental
- Fatiga general
- Pensamientos errantes
- Signos de humor
- Lagunas de memoria (por ejemplo, no recordar los últimos kilómetros recorridos).
- Bajar la cabeza
- Salirse de su carril
- Faltan señales de tráfico
- Ir a rebufo o esforzarse por mantener una distancia constante con el coche que le precede.
- Dificultad para mantener una velocidad constante
Si observas alguno de estos síntomas, para el coche y descansa un poco. Incluso una siesta de 20 minutos es mejor que nada.
Otra opción es tomarse una taza de café, pero esperar a que la cafeína haga efecto antes de volver a salir a la carretera.
Por término medio, los niveles de cafeína en el torrente sanguíneo alcanzan su punto máximo entre 30 y 60 minutos después de la ingestión. En algunos casos, se tarda hasta dos horas en notar los efectos.
Los peligros de conducir con somnolencia
Conducir con somnolencia es tan peligroso como conducir ebrio.
Según un estudio, pasar entre 17 y 19 horas sin dormir equivale a una tasa de alcoholemia del 0,05%. La fatiga provocada por la falta de sueño puede afectar al estado de alerta y a la velocidad de respuesta, comprometiendo tu seguridad en la carretera.
Escatimar sueño durante 24 horas afecta al rendimiento cognitivo y psicomotor en la misma medida que tener una tasa de alcoholemia del 0,10%. Con esta tasa de alcoholemia, es posible que le cueste coordinar sus extremidades, tomar decisiones y reaccionar con rapidez a los cambios en las condiciones del tráfico.
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Teniendo en cuenta estos aspectos, no es de extrañar que la conducción somnolienta provoque más de 100.000 accidentes de tráfico y 1.500 muertes al año. Un estudio anterior indica que el 21% de todas las colisiones en las que se ven implicados conductores somnolientos son mortales. Otro 13% provoca lesiones graves, y sólo un 5% no causa ninguna lesión.
En realidad, las cifras pueden ser más elevadas, según UCLA Health.
La mayoría de las estadísticas proceden de la NHTSA y no incluyen datos sobre colisiones en las que esté implicado más de un vehículo o que se produzcan durante el día. Por lo tanto, el impacto en el mundo real de la conducción con somnolencia es mayor de lo que podría pensarse.
Además, es difícil saber cuándo alguien está demasiado somnoliento para conducir. Los agentes de policía pueden hacer pruebas de consumo de drogas o alcohol a los conductores, pero no hay forma de medir el grado de cansancio.
Lo que es aún más preocupante es el número de conductores que se quedan dormidos al volante. En una encuesta realizada entre 2011 y 2012, uno de cada 25 encuestados afirmó haber experimentado este problema en el mes anterior. Los que descansaban regularmente menos de seis horas por noche eran más propensos a quedarse dormidos mientras conducían.
Sin embargo, la privación de sueño no es la única culpable. En algunos casos, los episodios de microsueño se deben a una tiroides hipoactiva, una anemia grave, una enfermedad renal o hepática, una insuficiencia cardiaca o un ictus.
Teniendo esto en cuenta, tiene sentido pensárselo dos veces antes de salir a la carretera cuando se sienta cansado. Aunque hay algunas medidas que puedes tomar para mantenerte alerta mientras conduces, nada puede sustituir a una buena noche de sueño.
Cómo mantenerse despierto (y alerta) en la carretera
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La mejor manera de mantenerse alerta mientras se conduce es dormir las ocho horas recomendadas, pero eso no siempre es fácil.
De hecho, más de un tercio de los adultos duermen menos de siete horas por noche. Incluso si consigues descansar lo suficiente, es posible que sigas cansado debido al trabajo por turnos, el estrés, los medicamentos o la mala salud.
He aquí algunas cosas que puede hacer para prevenir y reducir la somnolencia durante la conducción.
- Evite el alcohol y los sedantes: Evita estas sustancias entre 12 y 24 horas antes de salir a la carretera.
- Programe paradas regulares: Haz una pausa en la conducción al menos cada dos horas o cada 160 km. Duerme una siesta de 15-20 minutos o un poco más si te sientes cansado.
- Planifica las cosas: Sal antes de casa cuando viajes largas distancias para no tener que conducir de noche.
- Utiliza el «sistema de amigos». Pide a un amigo que te acompañe en los viajes largos. Así tendrás a alguien con quien hablar, aunque no conduzca.
- Come con conciencia: Evita las comidas copiosas antes de ponerte al volante. Comer en exceso puede hacerte sentir cansado y somnoliento.
- Llénate de cafeína: Bebe una taza de café o té verde antes de subirte al coche. Ambas bebidas contienen cafeína, que es un estimulante natural.
- Dormir la siesta con café: Tomar café antes de una siesta de 30 minutos puede aumentar los niveles de alerta y energía en mayor medida que el café o la siesta por sí solos. Con esta estrategia, la cafeína hará efecto cuando te despiertes.
- Deja que entre el aire: Baja las ventanillas para que entre aire fresco. La exposición al aire frío puede reducir la fatiga y aumentar la vigilia.
- Muévete: Estar sentado mucho tiempo puede provocar cansancio y fatiga. Sal del coche y estira los músculos o da un pequeño paseo para que fluya la sangre.
- Pon música: Este hábito puede potenciar el estado de alerta mental, la atención y la memoria, manteniéndote despierto mientras conduces.
- Utiliza tecnologías para evitar colisiones: Algunos coches tienen sistemas de aviso de salida del carril, sistemas de detección de somnolencia, sistemas de frenado automático y otras tecnologías útiles. Si tu coche carece de estas funciones, puede que te las instalen en un taller de reparación de automóviles.
Lo más importante es que escuches a tu cuerpo y sepas cuándo dejar de conducir. Las siestas, el café, la música y otras soluciones rápidas sólo sirven para eso.
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Recuerde el viejo dicho:«Más vale prevenir que curar«. Pida a un amigo que conduzca o tome el transporte público cuando esté demasiado cansado. Alternativamente, detente en un lugar seguro y duerme unas horas. Si trabajas en turno de noche, considera la posibilidad de compartir coche o utilizar una aplicación de viajes compartidos.
Al fin y al cabo, mantenerse alerta en la carretera no consiste en evitar multas. Se trata de mantener tu seguridad y la de los demás.