Conducir en California puede ser frustrante: las investigaciones muestran que los conductores del condado de Los Ángeles pasaron una media de 61 horas sentados en el tráfico en 2021. El estado es legendario por sus carreteras congestionadas. Pero, ¿qué ocurre cuando la frustración normal al volante se descontrola?
«Furia al volante» es un término acuñado por los medios de comunicación en la década de 1980. Aunque no hay una definición legal exacta de la rabia del camino, la participación en comportamientos de rabia del camino en California todavía le puede aterrizar en problemas legales. ¿Qué es la furia al volante, en qué se diferencia de la conducción agresiva y cuál es la mejor manera de protegerse a sí mismo y a los demás en la carretera? Siga leyendo para saber más.
¿Qué es la violencia vial?

El término «furia al volante» parece tener su origen en Los Ángeles, después de que la emisora local de noticias KTLA lo utilizara para describir una serie de tiroteos que se produjeron en las autopistas del estado durante el verano de 1987. El término era pegadizo y se extendió por todo el país. Pero, ¿qué significa realmente «furia al volante»?
Contrariamente a la creencia popular, «furia al volante» no es un término legal. La National Highway Traffic Safety Administration lo define como cuando un conductor «comete infracciones de tráfico en movimiento con el fin de poner en peligro a otras personas o bienes; una agresión con un vehículo de motor u otra arma peligrosa por parte del operador o pasajero de un vehículo de motor contra el operador o los pasajeros de otro vehículo de motor».
En otras palabras, se habla de furia al volante cuando un conductor amenaza la vida, la seguridad o la propiedad de otra persona, o utiliza un vehículo como arma para causar daño a otra persona o a su propiedad.
Ejemplos de violencia en la carretera
La rabia al volante puede manifestarse de muchas maneras. Algunos ejemplos son:
- Saltarse semáforos en rojo o intentar «saltarse» semáforos en rojo.
- Cambiar de carril y adelantar peligrosamente y/o sin señalizar; esto puede implicar dar muchos volantazos.
- Ir detrás de otro vehículo o conducir peligrosamente cerca del vehículo que circula delante del suyo para intimidar al conductor.
- Conducir a una velocidad muy superior a la permitida.
- Encender los faros o los intermitentes al conductor que circula delante de tu coche cuando consideres que conduce demasiado despacio.
- Tocar el claxon con frecuencia, especialmente para expresar enfado o impaciencia por el comportamiento al volante de otros, en lugar de como advertencia razonable a otro conductor.
- Gritar y chillar a otros conductores, utilizar gestos obscenos o expresar una ira manifiesta hacia otros conductores.
- Arrojar objetos a otros conductores o vehículos.
- Utilizar su vehículo para embestir a otros vehículos o bienes.
- Obligar a otro conductor a salirse de la carretera.
- Seguir a otro conductor después de una infracción percibida.
En los peores casos, la rabia al volante puede implicar violencia física; por ejemplo, disparar a otros conductores, como en los casos de Los Ángeles mencionados anteriormente.
Comportamientos habituales que pueden desembocar en agresiones al volante

Al tratar con otros conductores propensos a la ira de carretera, los expertos identifican una serie de comportamientos que pueden hacerles reaccionar de forma agresiva. Entre ellos figuran:
- Bloqueo de carril, o impedir que otros conductores utilicen el carril del extremo izquierdo para adelantar a vehículos más lentos en una autopista.
- Ir a rebufo o seguir demasiado de cerca al vehículo que le precede.
- Girar o cambiar de carril sin utilizar el intermitente.
- Tocar el claxon innecesariamente, sobre todo si otros conductores pueden interpretar que les estás tocando el claxon.
- Utilizar más de una plaza de aparcamiento.
- Utilizar las luces de carretera cuando se circula en sentido contrario o se aproxima a otro vehículo por detrás.
Otros motivos de ira al volante citados con frecuencia son:

- Tráfico denso. Especialmente en las zonas más congestionadas de California, la impaciencia que puede acompañar a estar sentado en el tráfico puede causar comportamientos de rabia al volante.
- Anonimato. Algunas personas creen que cuando conducen pueden interactuar con otros conductores y no volver a verlos. Esto anima a algunos conductores a adoptar comportamientos que no harían si supieran que alguien les está observando.
- Conducción distraída. Cuando los conductores están distraídos, pueden dar volantazos, saltarse semáforos en rojo y cortar el paso a otros conductores. Estos comportamientos pueden ser frustrantes de presenciar, y que la frustración puede conducir a la rabia del camino.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que si otro conductor se involucra en comportamientos de ira de carretera, que es su responsabilidad, independientemente de los comportamientos de otros conductores a su alrededor. Mientras que un conductor inadvertidamente romper una ley de tráfico puede desencadenar la rabia del camino de otro conductor, la única persona responsable de la rabia del camino es el conductor que está actuando en él.
Furia al volante frente a conducción agresiva
En California, el Código de Vehículos tipifica como delito la conducción temeraria o agresiva, que se define como «conducir un vehículo en una carretera con desprecio intencional o gratuito por la seguridad de las personas o la propiedad». Los tribunales pueden considerar comportamientos de conducción como exceso de velocidad, desvíos y colas para determinar si constituyen conducción temeraria o agresiva en una base de caso por caso.
Aunque muchos de estos comportamientos coinciden con los comportamientos de furia al volante, no existe una definición legal de «furia al volante» que la convierta en delito. Sin embargo, los comportamientos de furia al volante pueden dar lugar a cargos por conducción temeraria o agresiva, que suelen ser cargos por delitos menores. Y en los casos en que un conductor con furia al volante amenaza o causa daño a otra persona o a su propiedad, se pueden considerar cargos penales por asalto, asalto con un arma mortal o agresión.
¿Cuáles son las causas de la violencia vial?

La ira al volante es más frecuente de lo que se cree. Un estudio estima que más de la mitad de los conductores han sentido ira al volante alguna vez, aunque no todos actúan en consecuencia. Aun así, la conducción agresiva es la causa de miles de accidentes de tráfico cada año. Según un estudio, un conductor «típico» que actúa de acuerdo con sus sentimientos de ira lo ha hecho al menos 27 veces.
«Los agresores al volante son egoístas, hambrientos de poder, iracundos y vengativos», explica a WebMD la psicóloga Ava Cadell. Añadió que, además de ser violentos al volante, es probable que también lo sean en otros ámbitos de su vida, como la familia.
La psicoterapeuta Ana Jovanovic añadió en una entrevista con NBC News que «el cambio inicial [de nuestro estado de ánimo] no suele tener nada que ver con el tráfico. Podemos estar disgustados por algo que nos ha pasado en el trabajo, con un amigo o con la pareja. El ‘giro’ que damos es permitir que los pensamientos de enfado ocupen nuestra mente [de tal manera que] se infiltren en la propia cosa que estamos haciendo en ese momento, aunque esa cosa -como conducir- no tenga nada que ver con el motivo de nuestro enfado».
En otras noticias, tener sentimientos de rabia al volante no es necesariamente el problema. Es cuando un conductor decide actuar de acuerdo con esos sentimientos cuando la rabia al volante se vuelve peligrosa y potencialmente delictiva.
Estadísticas de agresiones en carretera en 2023

Según la NHTSA, el 66% de las muertes de tráfico se deben a la conducción agresiva. Y desde 2013, 300 muertes se han atribuido específicamente a la agresividad al volante.
La Asociación Americana de Psicología calcula que una media de 30 asesinatos al año pueden atribuirse a la agresividad al volante. También han descubierto que más de la mitad de los conductores responden a la agresividad percibida de otros conductores volviéndose agresivos ellos mismos.
La compañía de seguros de automóviles The Zebra encuestó a 1.500 conductores estadounidenses sobre conducción agresiva y furia al volante y descubrió que:
- Un conductor que tocaba el claxon con rabia contra otro era la forma más común de ira al volante que habían presenciado. El 45,4% dijo haber visto este comportamiento.
- La segunda conducta más habitual fue hacer gestos groseros con las manos mientras se conduce: el 38,9% de los conductores encuestados afirmó haber sido testigo de este comportamiento.
- La mayor parte de los conductores encuestados (30%) afirmó que lo más frustrante que puede hacer otro conductor es distraerse con su teléfono mientras está al volante.
Cómo reaccionar ante las agresiones en carretera

Si ves que otro conductor tiene comportamientos de ira al volante, hay algunas cosas que puedes hacer para calmar la situación y mantenerte a ti y a los demás conductores lo más seguros posible.
- Mantén la calma. Intenta no tomar represalias ni hacer nada que pueda provocar al otro conductor, como gritar, hacer gestos groseros o bloquearle con tu vehículo. Evita el contacto visual, que también puede considerarse agresivo.
- Si te está siguiendo un conductor agresivo, cambia de carril para animarle a que te adelante. Si alguien intenta adelantarte, reduce la velocidad para que pueda hacerlo rápida y fácilmente.
- Mantén la distancia. Siempre que veas a otro conductor comportándose de forma errática o peligrosa, es una buena idea intentar alejarte de él. No conduzcas a gran velocidad, ni zigzaguees entre el tráfico, ni conduzcas de forma peligrosa, pero intenta poner cierta distancia de seguridad entre tú y el otro conductor.
- Quédate detrás de ellos. Un conductor agresivo es menos peligroso cuando está delante de ti.
- No se detenga. Esto podría interpretarse como una invitación a que el otro conductor se detenga también y se enfrente a ti.
- Si se enfrenta a alguien, mantenga la calma y sea cortés.
- Dirígete a la comisaría de policía más cercana o llama al 911 si necesitas ayuda.
¿Tienes rabia al volante?

Es perfectamente normal experimentar de vez en cuando sentimientos de frustración o incluso de ira al volante. Pero a los conductores con rabia al volante les cuesta mucho desprenderse de esos sentimientos y a veces actúan de forma peligrosa o violenta. Para evaluar tu propia forma de conducir y si incurres en conductas viales, hazte las siguientes preguntas:
- ¿Rebasas a otros vehículos por el carril derecho?
- ¿Bloqueas el carril de adelantamiento para que a los demás conductores les resulte más difícil esquivarte?
- ¿Sigues de cerca a otros vehículos cuando crees que conducen demasiado despacio o cometen otros errores?
- ¿Mantiene encendidas las luces largas cuando se aproxima a vehículos que circulan en sentido contrario o cuando se acerca a otros vehículos por detrás?
- ¿Te saltas las señales de stop?
- ¿Te saltas los semáforos en rojo?
- ¿Corres a toda velocidad en los cruces, aunque haya peatones?
- ¿Conduce habitualmente por encima del límite de velocidad?
- ¿Gira o cambia de carril sin utilizar el intermitente?
- ¿Utiliza con frecuencia el claxon, incluso cuando no se trata de una emergencia?
- ¿Destellas con los faros a los demás conductores?
- ¿Gritas o haces gestos groseros a otros conductores?
Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, no está garantizado que tengas un problema de conducción peligrosa, temeraria o agresiva, o de ira al volante. Pero si has respondido afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores, es posible que desees examinar tu comportamiento al volante y revisar las normas de circulación para asegurarte de que estás conduciendo de una manera que te mantiene a ti y a los demás lo más seguros posible.
Cómo minimizar la rabia al volante

Si te preocupan tus propios comportamientos de ira al volante, prueba estos pasos para minimizar la ira al volante cada vez que estés al volante.
- Respeta las normas de circulación. Mantente al día de las leyes de tráfico y haz todo lo posible por cumplirlas en todo momento.
- Duerma lo suficiente. El cansancio puede volverte más impaciente e irritable, lo que puede desencadenar la ira al volante.
- Limita el alcohol. Además de los peligrosos efectos que el alcohol puede tener sobre tu capacidad de conducción, también puede hacer que te sientas más cansado, irascible, errático e imprevisible, todo lo cual puede conducir a la ira al volante.
- Sal a tiempo. Date tiempo de sobra para llegar a tu destino, incluso si te encuentras con tráfico o con algún peligro o retraso imprevisto. Así es menos probable que te impacientes, te sientas frustrado o agotado por llegar tarde.
- Refréscate antes de conducir. Si estás enfadado, triste o emocionado, no conduzcas para calmarte. Intenta regular tu estado emocional antes de ponerte al volante. Conduce sólo cuando te sientas tranquilo.
- Pon música relajante o podcasts.
- Conceda a los demás conductores el beneficio de la duda. Si alguien infringe una norma de tráfico cerca de ti, no te lo tomes como algo personal. En su lugar, trata de practicar la empatía y considera que tal vez necesitaron maniobrar para tener en cuenta el error de otra persona, para evitar un peligro o porque simplemente cometieron un error honesto.
- Sea consciente de los patrones negativos. Presta atención a tus emociones y comportamientos al volante y busca patrones negativos. Por ejemplo, si eres más propenso a conducir de forma agresiva después de un duro día de trabajo, busca formas de calmarte y regular tus emociones después de salir del trabajo, pero antes de ponerte al volante.
- Guarda una foto de tus seres queridos en el salpicadero. Recuérdate que debes conducir con seguridad para poder volver siempre a casa con ellos. Y actúa como si su foto fueran ellos viéndote conducir, y no tengas ningún comportamiento que ellos no aprobarían.
La ira al volante es peligrosa y demasiado común. Pero con estos consejos, puedes minimizar tu propia ira al volante, tranquilizar a otros conductores y mantener las carreteras más seguras para todos.